El primer ministro australiano, Kevin Rudd, ha pedido perdón a los "australianos olvidados", es decir, a casi medio millón de niños que fueron víctimas de abusos en los orfanatos estatales y empleados como mano de obra barata entre las décadas de 1920 y 1960. Parte de esos niños eran inmigrantes británicos e irlandeses que fueron separados de sus familias por la fuerza o con promesas de una vida mejor. Los abusos que sufrieron fueron psicológicos, físicos y hasta sexuales, en algunos casos, sin olvidar que trabajaron en duras condiciones.
Kevin Rudd pidió perdón ante 900 supervivientes en el Parlamento australiano, pero la disculpa oficial no va acompañada de ninguna compensación económica.
Por otro lado, Gordon Brown ha prometido que el gobierno británico también pedirá disculpas a los niños que fueron enviados a Australia, Canadá o Nueva Zelanda dentro de programas oficiales de emigración infantil para que supuestamente tuvieran una vida mejor.
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