Su condición sexual marcó sus vidas en una época en la que declararse homosexual era sinónimo de delito. Afortunadamente, las cosas han avanzado mucho en las últimas décadas, pero es bueno echar la vista atrás de vez en cuando para recordar cómo eran las cosas y cómo no deben de volver a ser, y una buena forma de hacerlo es a través de Aragón y los armarios concéntricos, un documental de Pepe Paz y Marian Royo, que recoge los testimonios de siete personas que vivieron el Franquismo y la Transición en Aragón, y que han querido dejar constancia de sus respectivas experiencias. La cinta abrió el pasado lunes la primera edición oscense de la Muestra Internacional de Cine Lésbico, Gay, Trans, Bisexual, Intersexual y Queer Zinentiendo con un acto en el que participaron Ánchel Conte y Concha Arnal, dos de sus protagonistas (el acto se celebró en junio de 2010). Ambos estuvieron arropados por Pepe Paz, y expusieron las peculiaridades de sus experiencias, algunas tan duras como la vivida por Concha Arnal. "A mí el Franquismo me pilló un poco de refilón, porque mi historia empieza cuando acaba de morir Franco, y lo que me pasó, es que me quitaron a mis hijos sólo por mi condición de lesbiana. Conocí a una mujer, me enamoré locamente de ella y, ante el amor, no hay fronteras", explicó a este periódico Arnal. "Ante esta situación, decidimos separarnos, y entonces, en Zaragoza, no se separaba nadie, y menos una mujer. Eso sólo se hacía cuando el marido le daba mala vida, y muchas veces, ni por eso se separaban", comentó Arnal, que recordó el "gran revuelo que se armó" cuando ella, "una mujer, lesbiana y con hijos", dio el paso de separarse. "Mi ex marido me denunció y dijo en el juicio que yo estaba con una mujer. Cuando me presenté en el juzgado, el juez no me dejó ni hablar: simplemente me dijo que no era merecedora de mis hijos por ser lesbiana. Fue un golpe muy duro", rememora Arnal, que pese a ello, y aunque "no entendía qué crimen había cometido" para que le castigaran así, decidió no venirse abajo.
Ver más en:
http://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasDetalle.aspx?Id=635567
Afortunadamente, en eso hemos avanzado.
ResponderEliminarAsí es, pero la homofobia no se ha terminado, ni mucho menos.
ResponderEliminar