miércoles, 26 de febrero de 2014

Mi padre era verdugo

Los hijos de los últimos hombres que aplicaron la pena muerte con el garrote vil cuentan a EL PAÍS sus recuerdos sobre este oscuro oficio del franquismo. El primogénito de López Sierra, el ejecutor de Puig Antich, iba a heredar el empleo: "No me hubiera temblado el pulso"
El artículo completo de Juan Diego Quesada en:

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