A sus 92 años esta vecina de Gijón, a la que todos conocen como Maricuela conserva lúcida su memoria. Sobre todo aquellos recuerdos que la llevan de nuevo a la cárcel donde pasó cuatro años. Aún no se explica por qué el franquismo la condenó a cadena perpetua ni cómo logró sobrevivir.
Fuera de la cárcel la situación también fue dura para muchas mujeres a las que se les cortó el pelo, se les hizo beber aceite de ricino y se las vejó sin piedad. La mayoría nunca lo ha contado y se ha ido con el secreto a la tumba. Por ello Maricuela ya ha escrito un libro con su vida y está en marcha otro.
A Ángeles el Gobierno de Felipe González le dio una indemnización de un millón de pesetas aunque para ella la compensación está en otro lado. Si no se ha muerto, nos asegura es porque aún tiene mucho que contar.
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