Seguimos con el texto de Frederic Engels:
"Por el contrario, el transporte del carbón y del hierro es un trabajo durísimo, puesto que este material debe ser arrastrado en grandes cofines, sin ruedas, sobre el suelo desigual de las galerías, a veces sobre arcilla húmeda, o a través del agua, a menudo por declives abruptos y a través de pasajes escarpados, que obligan a los obreros a trepar con las manos y con los pies. Para cumplir este trabajo enervante, se ocupan muchachos de cierta edad y muchachas adultas. Según los casos, para arrastrar el cofín hay un obrero o dos jóvenes, uno de los cuales gira y el otro empuja. El trabajo de demoler con el pico, que es realizado por hombres adultos y por jóvenes muchachos de dieciséis años y más, es fatigosísimo. La duración corriente del trabajo es de 11 a 12 horas, a menudo más; en Escocia, hsta 14 horas y con frecuencia se trabaja a tiempo doble, de modo que todos los obreros durante muchos días seguidos, están bajo tierra en una actividad continuada de 24 horas, y a veces de 36 horas. Los muchachos y los jóvenes que están ocupados en el transporte de carbón y del hierro se quejan siempre de cansancio. Sucede, a menudo, que los muchachos cuando llegan a casa, se tiran sobre el piso de piedra, delante de la chimenea, y se quedan dormidos, de modo que no pueden tomar ningún bocado de comida y deben ser lavados mientras duermen y llevados a la cama por sus padres; sucede también que por el gran cansancio se echan en la calle, y en lo más avanzado de la noche son buscados y hallados durmiendo por sus padres. En general, estos muchachos se quedan en la cama la mayor parte de la semana; las iglesias y las escuelas son frecuentadas solamente por pocos, y en éstas los maestros lamentan la gran indolencia e incapacidad para cualquier estudio".
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