De nuevo nos introducimos en el tema de las condiciones de vida de los trabajadores en el siglo XIX. Y no hay nada mejor para entender aquella situación que recurrir a los textos. El siguiente nos permite comprobar cómo vivían las clases humildes en el Chamberí madrileño de mediados del siglo XIX:
"Es preciso entrar en estas habitaciones para formarse una idea de su insalubridad (...). Apenas se encuentra una de estas chozas con ventilación, con embaldosado, con fogones ni hogares, ni aun con chimeneas para la salida de los humos, ni localidad sino para un matrimonio con sus dos hijos pequeños: pues bien, en estas pocilgas suelen habitar 3, 4, 5 familias, con 18 ó 24 personas de ambos sexos (...). Si consintieran en estas pocilgas más personas que las que permiten los cuarenta pies superficiales pro cada una, no podrían exigir los propietarios el exorbitante arriendo que sacan (...) y con semejante tráfico descuidan mejorar los edificios, seguros de que la reedificación no les produciría una ganancia tan usuraria."
Su Ermitaño. Reseña histórica de Chamberí, Madrid, 1852
(texto consultado en el libro de J. Aróstegui Sánchez, et alli, Historia. Crisol, de "2º Bachillerato", de la editorial Vicens Vives, pág. 206)
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