Los disidentes era el término usado de forma peyorativa en la URSS para designar a aquellas personas o grupos que criticaban la situación de los derechos humanos en el país. El más conocido de todos ellos fue Alexander Solzhenitsyn, que fue expulsado en el año 1974. Recordemos que este Premio Nobel, fallecido no hace mucho, escribió la famosísima obra, Archipiélago Gulag, así como Un día en la vida de Ivan Denisovich.
En estas obras se trata de las durísimas condiciones en las que se hallaban los presos políticos en la URSS. En el año 1977 un grupo de disidentes pidieron la amnistía para los presos políticos y religiosos. En diciembre de ese año se puso en libertad a Vladimir Bukovsky, y pudo salir al extranjero. Esta libertad no fue altruista, ya que se trató de un cambio entre dos sistemas no democráticos, porque en contrapartida se puso en libertad a Luis Corvalán, preso político chileno.
Pero la situación no mejoró, ya que casi de forma inmediata las autoridades soviéticas acusaron a los disidentes de provocar un atentado en el metro moscovita. Este hecho sirvió de pretexto para intensificar la persecución contra el Grupo de Derechos Humanos de Helsinki.
Por otro lado, la URSS siempre negó que declarara o tratara a los disidentes como enfermos mentales y los encarcelara en hospitales psiquiátricos. Al final, con la perestroika y Gorbachov el infierno que tuvieron que sufrir los disidentes terminó. A principios de 1992 dejo de haber presos políticos.
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