En el artículo sobre la Educación para la ciudadanía en versión franquista se comentaba un texto escolar en el que se justificaba el empleo de la violencia cuando se agraviaba a Dios, a la patria o a la madre. Esta defensa del empleo de los puños tiene su origen en el propio padre del falangismo, es decir en las ideas de José Antonio. Precisamente, en estos días se cumple el 75 aniversario del famoso mitín del Teatro de la Comedia donde, entre otros líderes políticos, Primo de Rivera hizo uno de sus más destacados discursos. Entre lo allí pronunciado, destacamos lo siguiente:
"Y queremos, por úlitmo, que si esto ha de lograrse en algún caso por la violencia, no nos detengamos ante la violencia. Porque, ¿quién ha dicho al hablar de 'todo menos la violencia' que la suprema jerarquía de los valores morales reside en la amabilidad? ¿Quién ha dicho qeu cuando insultan nuestros sentimientos, antes que reaccionar como hombres, estamos obligados a ser amables? Bien está, sí, la dialéctica como primer instrumento de comunicación. Pero no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y de las pistolas cuando se ofende a la justicia o a la Patria"
Así pues, no nos puede extrañar que, dado el pensamiento de Primo de Rivera, el texto escolar mencionado intentase enseñar a los niños esta misma diálectica. Por ello, el título más preciso para el artículo hubiera sido, Educación para la ciudadanía en versión falangista.
Por otro lado, es evidente que el empleo de la violencia no fue privativo de los falangistas pero, en pocas ocasiones, encontramos una justificación explícita tan inequívoca
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