Ante el atraso de la economía china después de la Revolución de 1949 se impulsó una muy activa política de industrialización pero se produjo como consecuencia un gran desequilibrio económico, ya que la agricultura seguía estancada y no producía suficientes alimentos ni materias primas para abastecer a la industria. Como respuesta a este desequilibrio se abandona el segundo plan quinquenal por una política más ambiciosa, el denominmado "gran salto adelante". Había que conseguir elevar la producción en plazo de tres años, requiriendo el concurso activo de todos los chinos en un monumental esfuerzo colectivo. Si antes el objetivo había sido la industria, ahora era la agricultura la que tendría el protagonismo con la nueva política económica. La nueva forma de organización debía ser la comuna.
Las comunas eran mayores y más complejas que las cooperativas, que debían desaparecer. Cada una de las más de veintitres mil comunas estaría formada por unas cinco mil familias. Eran más complejas que las cooperativas porque no se dedicaban solamente a los aspectos productivos y económicos, sino que tendría competencias en obras públicas relacionadas con la agricultura (canales, obras de regadío y canalización del agua, pantanos, etc..). Se instalarían industrias aplicadas en las comunas y había que establecer los mecanismos de la comercialización de todos los productos. Además, la comuna tendría obligaciones relacionadas con la milicia. Todas las propiedades dentro de la comuna eran colectivas. La administración de la comuna ofrecería las instituciones educativas y sanitarias necesarias. La meta es terminar con todas las propiedades privadas para que triunfara la sociedad comunista.
Los primeros resultados fueron muy interesantes, especialmente en el campo de la reforestación y de la construcción de obras públicas relacionadas con el agua, pero llegaron los problemas. El primero tenía que ver con la escasa calidad de los productos que salían de las industrias aplicadas rurales. Además, las malas cosechas de 1959, 1960 y 1961, debidas a circunstancias metereológicas fueron demoledoras. El hambre hizo acto de presencia provocando hasta veinticinco millones de muertos. No sólo la climatología fue responsable de esta catástrofe, también la forma de plantear la cuestión industrial en las comunas ocasionó un desbarajuste económico brutal. Esta situación generó un fuerte debate en el Partido, entre las posturas prosoviéticas de dar prioridad a la gran industria (Chao-Chi), y las más a la izquierda que pretendía buscar una vía china al desarrollo, defendida por Mao y Lin Piao. Al final, en enero de 1961 triunfó la tesis de dar prioridad a la agricultura y a la industria ligera para resolver el caos del suministro de bienes de consumo.
La consecuencias de esta crisis fueron, también políticas. Las relaciones con la URSS se deterioraron enormentente, ya que se estaba apostando por una vía económica distinta a la de la superpotencia comunista.
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