A finales de abril de 1942 el jefe de la Oficina Central Económica y Administrativa de las SS, Oswald Pohl, envió a Himmler un extenso informe sobre la situación de los campos de concentración en plena guerra. En dicho informe Pohl señalaba que la guerra había cambiado estructuralmente a los campos de concentración, y modificado sus funciones. Si antes se detenía para reeducar, prevenir o castigar ahora el centro de gravedad se había inclinado hacia lo económico. Lo importante era la movilización de la mano de obra de los campos para sostener el esfuerzo bélico, y para la posterior reconstrucción cuando llegara a la paz. Por eso, opinaba que había que hacer reformas en la estructura de los campos, en su organización. Proponía establecer un nuevo reglamento.
En este artículo veremos algunos de los puntos clave del reglamento propuesto por Pohl, y que nos permiten comprobar como había que organizar la explotación de la mano de obra en los campos:
"4. El comandante del campo es el único responsable de la mano de obra. Su explotación debe ser agotadora en el verdadero sentido de la palabra (...), de manera que el trabajo pueda alcanzar el mayor grado de rendimiento.
5. La duración del trabajo es ilimitada. Esta duración depende de la naturaleza y estructura del trabajo; solamente el comandante puede fijarla.
6. Todas las circunstancias que pueden limitar la duración del trabajo (comidas, llamdas, etc..) deben, por tanto, reducirse al mínimo estricto. Están prohibidas las largas marchas y las pausas para la comida al mediodía."
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Estos puntos han sido consultados en la obra citada de Léon Poliakov, págs. 48-49
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