Los guetos, como hemos visto, eran barrios donde habitaban los judíos, segregados del resto de la población, para evitar que se mezclaran con los cristianos y evitar, supuestamente, que aquellos corrompieran a éstos en su fe. Los guetos eran recintos cerrados, que se comunicaban con el resto de la ciudad mediante puertas que se cerraban de noche. En los guetos había una administración propia. Se permitía en su interior, la profesión del culto, las costumbres y los usos de los judíos. A cambio, había que pagar tributos. Los judíos debían llevar distintivos en la ropa para diferenciarse del resto de la población, especialmente, cuando salían del gueto.
En la España medieval los guetos se llamaban juderías en la Corona de Castilla y en otros lugares de habla castellana, y call en Cataluña. En Marruecos el barrío judío se llamaba melah.
En la Europa de la ocupación nazi, destacó el gueto de Varsovia, famoso por su heroica lucha contra la barbarie.
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