Los hijos huérfanos de aragoneses muertos en campos de exterminio y que fueron deportados desde Francia tienen derecho a una indemnización del Estado francés de 27.000 euros o de una pensión vitalicia de 457 euros mensuales. Estas pagas tienen su origen en la ley de memoria histórica gala, que en el año 2004 emitió un decreto por el que se quiso honrar a todos aquellos que lucharon por la libertad y acabaron en manos del nazismo.
Se calcula que los aragoneses fueron el tercer grupo más numeroso de españoles en campos de concentración.
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http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=560874
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