viernes, 24 de abril de 2009

Los genocidios en Chechenia

Sabemos por los medios de los problemas que asolan a esta parte del mundo que conocemos como Chechenia pero no sabemos tanto de su intensa y dura historia desde el siglo XIX. Durante dos siglos se han sucedido verdaderos genocidios y que no podemos dejar de conocer.
La presencia rusa en Chechenia comienza en el siglo XVIII. El Imperio zarista comienza la ocupación de la zona del Cáucaso y no sin fuertes resistencias por parte de la población local. Entre los años 1785 y 1791 Mansur Ushurma se convierte en el líder musulmán que proclama que Mahoma se le había aparecido para que anunciarle que debía iniciar la guerra santa contra los rusos. Al final, su rebelión fue sofocada y terminó siendo encarcelado.
Pero la conquista estaba lejos de completarse. Para ello los rusos no dudaron en aterrorizar a la población, incendiando aldeas, deportando poblaciones enteras y cometiendo asesinatos en masa. Otro grave problema fue la introducción del alcohol en la sociedad tradicional chechena.
El general Yermolov fundó en el año 1818 el fuerte de Grozni, que es el origen de la capital chechena actual. Este militar tenía muy claro que los chechenos eran unos salvajes y que, por lo tanto, estaba justificado el empleo de la fuerza.
Los chechenos no se rindieron y bajo el liderazgo de Shamil emprendieron otra guerra santa entre 1834 y 1859. La represión zarista fue aún más brutal, llegando a talar bosque enteros para evitar que los rebeldes se pudieran refugiar. De nuevo fue sofocada la rebelión. Aún así, la tensión se mantuvo durante todo el siglo XIX.
Con la llegada de la revolución soviética se inició un cambio de política en relación con Chechenia. Para ganarse a la población se les devolvieron las tierras confiscadas por el Zar, a costa, eso sí, de los cosacos, los beneficiarios de la expropiación anterior.
En relación con la organización política de Chechenia se creó en el año 1919 el Emirato del Cáucaso Septentrional que unía a chechenos con osetios y daguestaneses, pero los soviéticos suprimieron el nuevo estado. En contrapartida, en el año 1936 se creó la República Socialista Soviética del Chechenia-Ingushetia, pero el poder estaba muy lejos, estaba en Moscú, por lo que, en realidad poco había cambiado en relación con la época zarista. Sí es cierto que en aspectos materiales hubo grandes avances: educación, emancipación de la mujer, mejor sanidad y desarrollo industrial vinculado a las explotaciones petrolíferas.
Una nueva etapa muy dura llega con la invasión alemana. Los nazis prometieron a los chechenos la independencia y la soberanía sobre su tierra; a cambio debían apoyar su causa. No parece que dicho apoyo se diera pero Stalin acusó a los chechenos de colaboracionismo. El castigo fue brutal: deportó a 400.000 chechenos a Asia Central en el año 1944; la cuarta parte murió. Sus propiedades pasaron a manos de colonos rusos.

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