lunes, 31 de enero de 2011

Los británicos en Bergen-Belsen

Cuando los británicos llegaron el 15 de abril de 1945 al campo de Bergen-Belsen se les apareció el infierno. Encontraron cadáveres tirados por todos los lados, fosas abiertas con más cuerpos, barracones y un intenso hedor que todo lo invadía. El campo no era de exterminio pero su jefe, Joseph Kramer, se encargó de convertirlo en un verdadero matadero. Se calcula que murieron 60.000 personas, casi todos judíos. Las condiciones higiénicas, sanitarias y alimenticias eran aterradoras: casi todo el mundo murió por estas razones. El tifus era el dueño del campo. Los últimos muertos lo fueron a manos de los guardianes días y horas antes de la liberación.




Los británicos decidieron tomar drásticas medidas. Obligaron a los presos de las SS y guardias a enterrar a los muertos: 23.000 cadáveres. Luego llevaron hasta el campo a ciudadanos de las ciudades de Hamburgo, Bremen y Hannover para que presenciaran el panorama atroz y no pudieran negar ni olvidar el Holocausto. Luego quemaron las instalaciones para combatir el tifus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario