En el año 1901 se adoptó por el recién creado gobierno federal de Australia la conocida como "Política por una Australia Blanca". Fue el momento en el que este gobierno asumió la responsabilidad de la política de inmigración. Antes de la asunción de responsabilidades políticas ya había una legislación que restringía la inmigración china. Ahora se pretende cerrar las puertas del país a cualquier inmigrante asiático. Solamente podían llegar a Australia ciudadanos europeos blancos y con preferencia los anglosajones.
Dentro de esta política se introdujo la conocida como "prueba del dictado" para los aspirantes a ingresar en el país. Se realizaba en cualquiera de las lenguas eurpoeas. La prueba, además, pretendía evitar la entrada de europeos que, por cuestiones políticas, no se deseaba que residieran en Australia. Para ello, la prueba se hacia en una lengua que no conociera el inmigrante. El caso más famoso fue el que se dio con Egon Kisch, comunista checoslovaco, en el año 1934. Se le pasó un dictado en gaélico escocés.
Estas limitaciones impidieron un claro crecimiento demográfico en Australia. En los años cuarenta comenzó a liberalizar algo esta legislación la inmigración del este y sur de Europa. Pero esta política, de inequívoco signo racista, se hizo insostenible en los años cincuenta porque Australia se estaba vinculando cada vez más con Asia. La prueba del dictado se cambió por un sistema de permisos de entrada en el año 1958. Las restricciones se terminaron en los años sesenta.
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