En la página de la Asociación de Ex-Presos Sociales se incluye un artículo firmado por Juan F. Caballero con el título que encabeza este post. En dicho trabajo, además de explicar aspectos relacionados con las indemnizaciones a los homosexuales represaliados por el franquismo, nos recuerda el horror padecido por los homosexuales encarcelados en la cárcel de Huelva. La prisión -hoy abandonada- de Isla Chica tuvo entre sus rejas a unos 200 homosexuales, como Juan Rodríguez Sampedro, el primer onubense que ha recibido una indemnización. Sampedro pasó siete meses encarcelado con 17 años. Recorrió muchas cárceles por todo el territorio español, sufriendo vejaciones, escarnios y abusos sexuales.
Ver:
http://expresos-sociales.blogspot.com/2010/02/un-portazo-las-heridas-de-la-represion.html
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No cabe duda que las indemnizaciones y el reconocimiento al sufrimiento padecido son necesarios pero, ¿quién devuelve su juventud a ciudadanos como Sampedro?, ¿quién le devuelve la alegría de los 17 años cuando un joven descubre el mundo, el amor, el sexo, la vida? Aquello no ocurrió en un país lejano o hace cientos de años, aquello pasó en la dictadura franquista, esa que padecieron los españoles hace tan poco tiempo, esa que persiguió, maltrató, encarceló y vigiló a los que quisieron y tuvieron el valor de vivir su propia sexualidad. Desgraciadamente, en este país sigue habiendo nostálgicos del horrible pasado, además de desmemoriados disfrazados de falsa modernidad. Afortunadamente, en este país hay personas que no olvidan y tienen memoria, porque ciudadanos como Sampedro, entre tantos cientos de miles de personas represaliadas por infinidad de motivos, merecen nuestro respeto, nuestro homenaje sincero y nuestra gratitud por haber luchado y sufrido por una España mejor, por las libertades y por la dignidad humana.
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