En este blog hemos estudiado la represión ejercida por la autocracia rusa zarista, especialmente, a través de la Okharama. Pues bien, para completar este estudio debemos acercarnos al papel que jugó la Iglesia ortodoxa rusa en este tarea de control y represión de personas y grupos contrarios al sistema zarista.
La Iglesia Ortodoxa rusa estaba completamente identificada con el régimen zarista, con el absolutismo y con su sistema social. El Santo Sínodo dependía del Estado y éste, al parecer, obligaba a los popes a denunciar cualquier conocimiento que tuvieran de personas, acciones o hechos considerados como subversivos. Es importante destacar que esta colaboración violaba el secreto de confesión. Si algún religioso se negaba a colaborar, generalmente por problemas de conciencia, podía ser deportado a Siberia. No parece que hubiera muchos disidentes dentro la Iglesia.
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